Los vendedores ambulantes son personajes que siempre se han visto en cualquier lugar de la ciudad y además, son personajes que cargan las historias a cuestas y llevan vidas muy humildes, pero son felices y por eso nos parece importante contar la historia de una de esas personas, que además se mantiene día y noche en el parque.
(Foto: Graciela con su hija trabajando, a veces no lleva globos sino chiclets, gomas, cigarrillos y otras variedades, ya que a veces intercambia con su hijo las cosas).
Nos interesamos por la historia del parque debido a que nos parece muy interesante el desarrollo que ha tenido en la ciudad y el gran aporte a la infraestructura y la cultura ciudadana en Medellín.
(Foto: Graciela con su hija trabajando, a veces no lleva globos sino chiclets, gomas, cigarrillos y otras variedades, ya que a veces intercambia con su hijo las cosas).
Nos interesamos por la historia del parque debido a que nos parece muy interesante el desarrollo que ha tenido en la ciudad y el gran aporte a la infraestructura y la cultura ciudadana en Medellín.
Sin duda alguna, el Parque de los Deseos desde sus inicios ha sido uno de los sitios más concurridos por
familias, tribus urbanas, estudiantes y turistas, lo que hace del parque un
lugar adecuado para el comercio, aunque los comerciantes o mejor llamados
vendedores ambulantes, son desplazados del sitio por los trabajadores de
espacio público, pues al preguntarle a una vendedora ambulante llamada Graciela
López Jaramillo, de 42 años, que lleva algo más de un año vendiendo en el lugar, pero
desde muy joven trabajando en los mismo, respondió:
"me
lo impiden las personas de espacio público, pero por los laditos del parque si
puedo trabajar tranquila."
Anteriormente
cuando no existía el parque y simplemente era el Planetario, el sitio era muy
solo e inseguro, pero desde que la alcaldía decidió aprovechar el espacio y
hacer un sitio de encuentro cultural,
tanto el ambiente en el sitio como en las personas que lo concurren cambió por
completo; "viene más gente, ya que antes era solo el Planetario
y ya los de la universidad vienen aquí y me compran cositas y después como que
se van para la universidad”, decía Graciela, ya que fue un gran beneficio para
ella y cuando se refería a los “muchachos de la universidad”, era a los
estudiantes de la Universidad de Antioquia.
Desde
el punto de vista cultural, en el Parque de los Deseos, llegan todo tipo de
grupos y tribus urbanas que lo concurren, es muy diverso dado que es un punto
de encuentro cultural donde puede ir cualquier persona, desde rockeros,
metaleros, hasta familias y personas homosexuales, sin miedo a ser discriminadas.
"Pues no, ellos se hacen en los rinconcitos y se
sientan a conversar y otras veces se sientan en otra parte pero como
que se mantenga en un mismo punto no", afirmaba Graciela. El ambiente en el
sitio es muy familiar, la señora Graciela nos especificó sobre las personas que
van al parque: "vienen muchos gays, muchos travestis, hay muchas
familias que vienen de vez en cuando, y los muchachos de la universidad".
En cuanto a la relación entre los trabajadores del parque y vendedores
ambulantes que trabajan en los alrededores, se vivencia un ambiente muy sano de
cooperación y no se ve una pelea constante por cual tiene más clientes, "todos nos colaboramos y no nos quitamos los
clientes y también nos cambiamos los billetes por menudita si no tenemos pa’
devolver", mencionó Graciela.
Frente a la vida personal
y su horario de trabajo, doña Graciela no tiene un horario fijo de trabajo,
pero normalmente en semana sale desde las 8 a.m. hasta las 7 p.m. y los fines
de semana hace un horario de 8 a.m. hasta las 10 p.m. porque los jóvenes
universitarios salen a tomar cerveza o hacer sus actividades en el parque,
además los viernes este parque es un punto de reunión para los grupos LGTBI
(lesbianas, gays, travestis, bisexuales e intersexuales). Adicionalmente en
este parque se realizan eventos muy importantes, especialmente conciertos,
donde integran muchos grupos sociales y ellos conviven fácilmente, y en esos
eventos especiales la señora Graciela aprovecha para vender más y así poderle
dar un poco más de estabilidad a su familia.
La familia de doña Graciela acepta su trabajo y la apoyan totalmente: "ah pues la familia me entiende y ellos saben que
estamos pasando por una situación donde no alcanza la plata pa’ nada, pero
entre todos nos ayudamos y hasta mis hijos vienen y me ayudan a vender o me
acompañan", decía. La venta de “cositas” como la señora Graciela le dice a
lo que vende, no solo es un sustento para ella y su familia, lo es también para
muchas personas que viven de vender cosas en las calles y en los parques
públicos. En este caso el Parque de los Deseos no es exactamente un punto de
comercio, pero estas personas buscan la forma de sostener a sus familias y por
ello se hacen alrededor del parque para poder vender y como las personas ya
saben como funciona, les colaboran y así se tengan que desplazar un poco del
parque para comprarles, lo hacen sin ningún problema.
Las diferentes culturas
que se reúnen en este parque manejan un nivel de tolerancia muy amplio, dado
que se respetan mutuamente y cada quien está en lo suyo; en este parque cada
persona puede ser libre de expresarse sin ser juzgado, obviamente sin
trasgredir la libertad del otro y siempre hay un ambiente tranquilo y de
armonía entre las diferentes personas que concurren el parque.
Desde la perspectiva de
la vendedora ambulante Graciela López Jaramillo en cuanto a que si el parque no
existiera, mencionó: “ah pues no tendría tanto reconocimiento el lugar y
estaría más sola la cosa por aquí y sería más peligroso, porque antes cuando
estaba solo el Planetario las personas no venían casi por aquí…Y yo no vendería
mis cositas jajaja”.
La forma como ella se identifica
con su trabajo en el Parque de los Deseos es de una manera muy buena, porque le
gusta el ambiente y su trabajo se hace más ameno: “pues
yo me identifico mucho con el parque porque la gente es muy querida y vienen
muchos muchachos que son los que más me compran y me gusta mucho el
parque porque es muy familiar, pero lo que menos me gusta es que todavía hay
mucho muchacho malo por ahí."
El Parque de los Deseos es un espacio en el cual se puede
disfrutar tranquilamente de un ambiente sano y relajante para pasar el rato,
hacer picnics, disfrutar con los amigos o familia, o simplemente para tomar
algo y olvidarse de los problemas y estar sin estrés y tensión de la ciudad.
El
parque es para el disfrute de todos y es una fuente de ingresos para muchas
personas, como la señora Graciela que se consigue su sustento diario mediante
las ventas que realiza a los usuarios y visitantes del parque, cabe resaltar
que por ser un lugar turístico de la ciudad de Medellín cuenta con visitantes
frecuentes provenientes de otros municipios, ciudades o países.
La
infraestructura le dio a la zona un gran beneficio, ya que ayudó a que el
sector no fuera tan peligroso; el parque colinda con el parque-museo Explora,
con el Parque Norte, el Jardín Botánico y próximamente con el proyecto de Ruta
N que realiza la alcaldía; todos estos sitios turísticos juntos han convertido
la zona en un atractivo de la ciudad y ayudan a mantener gente circulando por
este sector lo cual es muy positivo para los vendedores ambulantes debido que
todos los visitantes son potenciales compradores.
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